Luego de la fabricación de cubetillas y cubetas individuales, visto en el trabajo anteriormente publicado, veremos su utilización por parte del odontólogo. El primer paso es decontaminar las cubetas y cubetillas en químicos para dicho propósito, siguiendo el protocolo de bioseguridad mencionado en "Tareas del asistente dental".
El acrílico en el proceso de polimerización sufre alteraciones volumétricas importantes, sumado a la poca reproducción de detalles de la impresión con alginato ( utilizada para la construcción de las cubetillas), es imperativo realizar el ajuste de los márgenes. Con acrílico para patrones, rebasamos solamente la zona de cuello. Una vez polimerizado vemos que al trabajar con menor volumen, sumado a la poca contracción que presentan estos materiales, la zona de terminación queda bien delimitada.
Retiramos las cubetillas de boca y eliminamos con una fresa redonda el acrílico del interior, para dar lugar al material de impresión. La cubetilla debe asentar solamente sobre la zona de terminación periférica, no debe vascular sobre la pieza, ni tener varios ejes de entrada. No hay que olvidar rectificar los orificios frontales, que tienen como función dejar fluir el material de impresión para no provocar sobre compresión y su consecuente deformación.
Las siliconas no tienen adhesión específica al acrílico por lo tanto, es obligatorio el uso de adhesivos para cubetas. Pincelamos con el mismo las caras internas de las cubetillas, y en la cubeta individual la cara interna y hasta medio centímetro los flancos.
Una vez evaporado el solvente del adhesivo, lo cual se manifiesta por la pérdida de pegajosidad al tacto de la superficie pincelada, estamos listos para la toma. Tomamos silicona de consistencia regular o pesada, llenamos las cubetillas y las llevamos a los muñones. Es importante contener las cubetillas con presión leve pero constante hasta la polimerización de la silicona. Nunca dejarlas abandonadas, dado que tienden a caerse por gravedad.
Retiramos las cubetillas de la boca, recortamos los excesos y abrimos nuevamente los orificios de escape. Es notable en este punto la reproducción de detalles, así como la separación gingival producida por esta técnica que evita el uso de hilos de retracción gingival. Sin embargo es conveniente rectificar con una segunda impresión con silicona correctora.
La silicona correctora o liviana se encarga de llevar al máximo la reproducción de detalles, mientras que la silicona regular colocada en la primera etapa trabajada en espesores reducidos nos da la posibilidad de estabilidad dimensional.
Esta vez no retiramos las cubetillas, retiramos los excesos antes de la polimerización, y no debemos olvidar contener las impresiones con presión leve y constante. Concluida la polimerización cargamos la cubeta individual con silicona de consistencia regular y la llevamos a la boca.
La posibilidad de contar con una cubeta transparente nos avisa en momento en que la misma asienta sobre el punto de referencia de ubicación. En este caso la zona palatina, que no fue aliviada para tal fin.
Al retirar al impresión ya polimerizada, arrastra consigo las cubetillas. Es importante no pincelar la cara externa de las cubetillas con adhesivo, para permitir, en caso de existir pilares fuera de eje, que la cubetilla permanezca en la boca para después ser recolocada en la impresión mayor.
La prueba final de una impresión es el ajuste de los colados, pero las posibilidades de éxito aumentan, al eliminar los factores de riesgo de deformación y respetando los materiales.
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