Un El lobo feroz con sus grandes dientes arremete contra la inocente Caperucita quien lo ha confundido con su abuelita. El relato de esa boca grande con filosos dientes devorando a la pequeña ha sido contada infinitas veces alrededor de todo el mundo, siendo uno de los cuentos infantiles más conocidos y famosos. El relato se cree que data del medioevo europeo y que se transmitía oralmente de generación en generación. Las primeras versiones escritas del cuento datan del 1697 cuando el escritor francés Charles Perrault plasma la historia en su libro "Cuentos de Antaño". La característica que tenía este relato era la crueldad con la que estaba narrada la historia, que lo hacía destacarse de los otros cuentos que componían la obra. En su final trágico tanto la niña como la abuela son comidas por el lobo sin que pudieran ser salvadas.
El relato en esta versión tenía un fin moralizante y era advertir a las niñas lo peligroso que podría ser un encuentro con extraños. Perrault, autor de célebres cuentos como la Bella Durmiente, Pulgarcito y la Cenicienta entre otros, termina su cuento con una cruda moraleja:
"Aquí vemos que la adolescencia, en especial las señoritas, bien hechas, amables y bonitas no deben a cualquiera oír con complacencia, y no resulta causa de extrañeza
ver que muchas del lobo son la presa. Y digo el lobo, pues bajo su envoltura no todos son de igual calaña: Los hay con no poca maña, silenciosos, sin odio ni amargura,
que en secreto, pacientes, con dulzura van en busca de las damiselas hasta las casas y en las callejuelas; más, bien sabemos que los zalameros entre todos los lobos ¡ay! son los más
peligrosos".
Pero no es sino hasta el 1800 que la historia encuentra un final feliz, donde la inocente niña es salvada del lobo. Los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm dan un giro infantil al relato e introducen la figura del leñador quien rescata a Caperucita y a su abuelita de la panza del malvado lobo. Esta versión es la que ha llegado hasta nuestros días.
El cuento finaliza cuando la frágil Caperucita salvada del feroz lobo le promete a su abuelita no hablar más con ningún desconocido que pudiera encontrarse en el camino y que cumpliría con todas las recomendaciones de su mamá y su abuela. Los escritores alemanes también son autores de cuentos infantiles tan bellos como Blancanieves, Hansel y Gretel (la Casita de Chocolate), el Sastrecillo Valiente, el Lobo y las siete cabritas, por citar algunos.