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Trabajos y Notas

Personalidad de la Asistente Dental (2da. Parte)

Autor: Dr. Marcelo Friedenthal

2° parte : LA DISCRECIÓN
Es una de las virtudes que distinguen a una asistente dental ideal (AD 10). "El discreto sabe medir sus palabras y actos, y se expansiona o contiene según se lo aconsejen su juicio y prudencia", expresa el pensador argentino González Pecotche en su libro "Deficiencias y propensiones del ser humano", ya citado en nuestra nota anterior.

Creador de la ciencia que llamó Logosofía, este autor señala así acciones de gran valor en la convivencia diaria:

"saber medir las propias palabras y actos; expansionarse dando concediendo libre paso a lo que pugna por manifestarse, o por lo contrario contenerse, cultivar el no decir o no hacer si nuestro juicio indica lo contrario.

André Maurois, escritor francés que entre otras obras es autor de "El arte de vivir", da una excelente recomendación que asume alto valor: "No decir más que lo que haga falta, a quien haga falta y cuando haga falta". Vale la pena reflexionar sobre el tema y formularse propósitos útiles para las actuaciones de la AD en la recepción de los pacientes, en los actos administrativos, en la atención profesional del teléfono, en la asistencia operatoria junto al sillón y, en fin, en el complejo de movimientos que una AD lleva a cabo y en los cuales tiene contactos sociales con el público

Lo que se oye y dice durante nuestro trabajo profesional relacionado a los pacientes, está legalmente amparado por la figura "secreto profesional" y no debe ser divulgado a terceras personas, en particular si de ello podría afectarse el patrimonio del paciente aludido. Violar esta norma está penado por las leyes que rigen nuestro ejercicio profesional tanto en el caso del odontólogo como su AD. Las infidencias abren puertas a posibles riesgos.

"La discreción milita en el polo opuesto a la impulsividad", he anotado en mi libro "Psicología para el profesional del arte de curar". Al impulsivo "se le escapan" palabras o gestos que pueden acarrear inconvenientes que pueden incluso vulnerar la ética profesional. Es nada fácil cuidar que no se le escapen a uno palabras que puedan determinar momentos embarazosos. En los tiempos actuales vemos frecuentemente casos de altos funcionarios que emiten declaraciones y luego tienen que retractarse públicamente y recurrir a justificaciones que no convencen del todo.

La verborragia, el hablar con exceso, es un rasgo negativo de la personalidad. Es cualidad de distinción el escoger momentos oportunos tanto para hablar como para abstenerse de hacerlo. El consultorio, con el paciente instalado en posición de trabajo, no es ámbito apropiado para excesos verbales. Por tanto, es rasgo positivo de una AD 10 el cultivo de la concisión, y el decir lo apropiado a cada paciente y circunstancia. Todo esto, dentro de un marco social y cordial que sea grato y estimulante.

Quedarse escuchando infidencias, problemas personales, comentarios sobre "la situación", contrarían una cualidad de la Ad 10 que hemos denominado "el arte de despegarse".

En síntesis : si la indiscreción abre caminos a errores de conducta, la discreción en cambio confiere a ésta lo que podríamos llamar estética de la valiosa colaboración de nuestro personal auxiliar.

Marcelo Friedenthal

e-mail : friedenthalm@sinectis 

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