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La Mandíbula de Carlos I

Carlos I, Rey de España (1516-1556) y, como Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Ger-mánico (1519-1558) era poseedor de un prognatismo mandibular. El cual le traía problemas en el lenguaje, problemas masticatorios y alteraciones en la estética. Había nacido el 24 de febrero del año 1500, hijo de Juana I de Castilla (más conocida como Juana la Loca) y Felipe II de Aragón (conocido como Fernando el hermoso), nieto por parte paterna de Maximiliano I de Habsburgo y María de Borgoña, y por parte materna nieto de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. 

Su abuelo Maximiliano le dejó los territorios centroeuropeos de Austria y los derechos al Imperio, de su abuela María heredó de Borgoña los Países Bajos, por sus abuelos maternos consiguió, por Fernando el católico los reinos de la Corona de Aragón, además de Sicilia y Nápoles, y de su abuela Isabel I la Corona de Castilla, Canarias y todo el Nuevo Mundo descubierto y por descubrir. El parto de Carlos I se produjo en una fiesta, se dice que su madre impulsada por los celos, no queriendo dejar solo a su padre asistió a un baile en el palacio Casa del Príncipe de Gante. 
 
En medio de la celebración comenzó a sentir fuertes dolores en el vientre, acudió al baño y en un retrete, dio a luz a su primer hijo varón, el cual se llamó Carlos en honor a su bisabuelo Carlos el Temerario (1433-1477) (últimoDuque de Borgoña). Ella quería llamarlo Juan como su hermano y tío de Carlos. Durante los primeros años no aprendió ni español, ni alemán, ni latín, solo hablaba francés. 
 
Carlos había heredado, de los Habsburgo, el prognatismo mandibular, su abuelo Maximiliano de Austria lo padecía, su padre también y varios integrantes de la familia. 

Se puede decir que era como un símbolo de poder, la mandíbula prominente, fue un distintivo de los Habsburgo, pero a Carlos I de España y V de Alemania le trajo muchos complejos. Esa dentadura desproporcionada, la mandíbula inferior larga y ancha, con los dientes de arriba que no se encontraban con los de abajo le daban problemas para comer y digería la comida sin masticar. 
 
También le traía problemas en el habla ya que no podía modular bien y no se entendían con claridad sus palabras. Con el tiempo fue perdiendo piezas dentales, se decía que comía en demasía, devorando con voracidad por lo que también bebía en forma desmesurada. Para limpiarse la boca usaba esponjas. Para lavarse los dientes usaba unos polvos como dentífricos y palillos de plata para los espacios interdentales, la lengua la limpiaba con un raspador de oro. Además contaba con limas para limar sus dientes.

El embajador veneciano Gaspar Contarini lo describía a los veinticinco años de la siguiente manera: "Es de estatura mediana, más no muy grande, ni pequeño, blanco, de color más bien pálido que rubicundo; del cuerpo, bien proporcionado, bellísima pierna, buen brazo, la nariz un poco aguileña, pero poco; los ojos ávidos, el aspecto grave, pero no cruel ni severo; ni en él otra parte del cuerpo se puede inculpar, excepto el mentón y también toda su faz interior, la cual es tan ancha y tan larga, que no parece natural de aquel cuerpo; pero parece postiza, donde ocurre que no puede, cerrando la boca, unir los dientes inferiores con los superiores; pero los separa un espacio del grosor de un diente, donde en el hablar, máxime en el acabar de la cláusula, balbucea alguna palabra, la cual por eso no se entiende muy bien"
 
Carlos se casó con su prima Isabel de Portugal, con ella tuvo los siguientes hijos: Felipe, sucesor de su padre en el trono de con el nombre de Felipe II, María, Juana, Juan que vivió poco tiempo, Juan que llevo el mismo nombre que su hermano muerto.
 
También se le conocieron hijos extramatrimoniales: Isabel de Castilla (hija de la reina viuda Germana de Foix), Margarita de Austria (hija de Juana Van der Gheest), Juana de Austria (hija de una dama de Nassau), Tadea de Austria (hija de Orsolina della Penna) y Juan de Austria (hijo de ue Bárbara Blomberg. 
 
El 30 de agosto de 1558 comenzó con fiebre muy alta. Muere el 21 de septiembre de paludismo tras casi un mes de agonía y fiebres (a lo que se sumaba la gota, enfermedad que también padecía desde años atrás). Sus restos descansan en el Escorial.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

 

  

  
       

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